Casa El Guadarnés, está situada en Navalafuente, a tan solo 40 minutos en coche de Madrid, en uno de los parajes más singulares de toda la sierra madrileña.
La finca cuenta con más de 2 hectáreas de terreno que estuvo dedicado a la crianza de caballos, de ahí su nombre original «El Guadarnés», que significa «el lugar donde se guardan las sillas de montar y los arneses para caballos», nuestro hogar está remodelado a partir de las antiguas cuadras de la finca.
Junto a nuestra finca, tenemos un santuario para perros abandonados muy ancianos. Aunque no es obligatorio, se puede venir a visitar o incluso ayudar en las tareas. Así mismo, dada la naturaleza de la finca, es imprescindible tener cierta afinidad con esta actividad para venir a El Guadarnés, ya que implica compartir la estancia con estos animales, garantizando su bienestar y su paz ante todo.
Nuestro objetivo es crear un ambiente apacible para todos, tanto en 2 como en 4 patas. Por eso nuestra casa no es apta para tener la música alta, ni para fiestas o para venir con niños pequeños que no estén tutelados siempre por mayores.
Nuestros animales forman parte de nuestra familia. Y aunque preferimos llevarlos a todas partes, por el momento, lamentablemente, no podemos recibir mascotas. Esto causaría mucho estrés a los perros del santuario, a los que queremos darles un merecido descanso. Sin embargo, podemos asegurarte que, si lo deseas, no pasarás ni un solo día sin pelo de perro en tu ropa.
La Sierra de Guadarrama tiene muchas rutas de senderismo y ciclismo increíbles. Para obtener algunas ideas, echa un vistazo a este mapa con rutas de senderismo, bicicleta y coche. O rutas por Guadarrama. Los hay de todo tipo de distancias y clasificaciones. Al salir de la finca se puede hacer un bonito sendero corto llamado Dendro Ruta.
Para cada estación, la naturaleza en la que vivimos, cambia a otro hermoso paisaje. Puedes sentarte en silencio y escuchar los diferentes tipos de pájaros trabajando duro en primavera para construir sus nidos, ver corzos recién nacidos corriendo detrás de sus madres en verano, buscar setas en otoño o disfrutar del aire fresco y limpio en invierno (quizás incluso con un poco de nieve). Tómate tu tiempo para relajarte.
Aquí te sientas, bebes un buen vino o lo que sea mientras disfrutas de la vista, lees un libro, fumas un cigarrillo (para los que tienen ese hábito), hablas con las vacas vecinas, …y mucho más.
No, no tenemos los cerdos de George Orwell caminando por ahí, pero además de los perros del santuario, tenemos gallinas (sin nombre ya que vienen corriendo detrás de ti cada vez que entras en su corral), un gallo llamado Junior, un conejo llamado Banana y alrededor de la finca, muchas vacas, caballos, ponis, ovejas y burros. Así que siempre hay alguien con quien hablar 🙂
Esta es tu oportunidad de experimentar un sueño reparador y disfrutar de tantas actividades en plena naturaleza.